Problemas de lógica, matemáticas e ingenio

El espia medieval

Un espía de la corte del rey Arturo debía entrar a un castillo para investigar cuales eran los planes de los enemigos, pero al llegar descubrió que las puertas del castillo estaban cerradas, así que se dijo: «¿Cómo podré entrar? Ya se, esperare y observare como entran los demás».

Se escondió entre unos matorrales y se quedo observando. Llego un soldado a las puertas del castillo, el vigía de la torre le dijo: «¡dieciocho!», a lo que el soldado contestó: «¡nueve!», y abrieron las puertas. Al poco rato llego otro soldado; el vigía le dijo: «¡catorce!» y el soldado respondió: «¡siete!», Llego otro soldado y el vigía dijo: «¡ocho!» y el soldado le respondió: «¡cuatro!», y abrieron de nuevo las puertas. El espía de Arturo, que había estado observando, pensó que lo tenia muy fácil para entrar; se acerco a la puerta; el vigía le dijo: «¡seis!», a lo que el espía contesto: «¡tres!». El vigía cogió un arco y lo mató.

¿Qué es lo que tenía que haber dicho el espía para entrar en el castillo? ¿Por qué?

Solución

El espía pensó erróneamente que la clave que utilizaban los soldados para entrar era decir el numero que daba el vigía dividido por dos. En realidad la clave era el número de letras de la palabra que pronunciaba el vigía En este caso la clave que debería haber dicho el espía para entrar era "cuatro" ya que es el número de letras de la palabra "seis" que pronuncio el vigía. A veces la primera impresión no es la que cuenta.

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